Tras sus exitosas prácticas como diseñadora gráfica en la Fundación ImpulsaRSE, entrevistamos a María Maneiro, usuaria de nuestro Programa de Empleo y Formación, para seguir derribando prejuicios sobre empleo y parálisis cerebral
Ver la capacidad y no la discapacidad es el gran reto de la inserción laboral de las personas con algún tipo de limitación física, cognitiva o ambas. Darle la vuelta a la primera impresión que produce una silla de ruedas o un sistema de comunicación ante la falta de lenguaje oral, y dejar paso a la persona, con sus habilidades y conocimientos, sigue siendo la asignatura pendiente de nuestra sociedad en general, y de nuestro mercado laboral, en particular.
Y si a ello sumamos el “gran saco” de la discapacidad, se nos hace difícil individualizar a la persona, ver sus limitaciones personales, pero dentro de sus capacidades propias y únicas. El quid de la cuestión pasa por invertir el proceso: en vez de que las empresas lancen una oferta genérica en busca de candidato, que éstas, sobre todo las que tienen programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), se acerquen a las entidades con programas de empleo y estudien los perfiles disponibles. Y, ahí sí, crear el puesto teniendo en cuenta la situación de cada persona, de modo que no se “desperdicie su talento”.
Así nos lo explica Zaira Larriba, directora de la Fundación ImpulsaRSE, una joven entidad gallega que llega para “dar respuesta a la inserción socio-laboral de personas pertenecientes a los colectivos más desfavorecidos”. Como un puente, o una bisagra, entre empresas y candidatos, de modo que el proceso de búsqueda-contratación sea lo más personalizado posible.
Y, estando en esta labor, se toparon con nuestra usuaria, María Maneiro, para la que Zaira no escatima en halagos tras los dos meses de prácticas realizados en la Fundación, gracias a un convenio con nuestro Programa de Empleo y Formación. “Estamos muy contentos con ella. Ha sido superenriquecedor. Tiene una gran preparación académica, muchísima creatividad. El puesto era apropiado para su rama profesional. No fue nada dependiente, sino muy autónoma, muy tenaz, siempre sacando propuestas”.
Las prácticas supusieron para María una puerta de entrada al mundo laboral que no siempre se abre para las personas con discapacidad. Conscientes de que “las entrevistas de trabajo suelen ser muy estructuradas y hay personas que no logran dar el perfil”, la Fundación ImpulsaRSE promueve acuerdos de prácticas para que “las empresas vean al trabajador en su puesto de trabajo y en su día a día. Porque, después de verlos trabajar, ya sabes que van a responder a las expectativas y necesidades”.
¿El resultado? Mucha satisfacción por ambas partes. Así que dejemos ahora que María nos lo cuente.
¿María, qué balance general haces de las prácticas en Fundación ImpulsaRSE?
En términos generales, fueron buenas. Me dieron mucha libertad de creación para las propuestas de los logos y para las publicaciones en redes sociales. Había comunicación continua con el responsable de redes sociales, Adrián Falque, y con el resto no hubo tanta necesidad de contacto en el día a día, pero, si necesitaba algo, me respondían al momento.
¿Qué ha sido lo más satisfactorio de las prácticas? ¿Y el mayor reto?
En ambos casos son lo mismo: lo más satisfactorio fue la plena confianza y la libertad en la reforma de la imagen externa de la fundación. El mayor reto de estas prácticas y el mayor reto de mi vida, por ahora, ha sido la reconstrucción de esta marca.
¿Cómo ha sido tu trayectoria laboral hasta ahora? ¿Has encontrado dificultades/barreras en el acceso a la educación o el trabajo por el hecho de ser una persona con parálisis cerebral?
Durante mi periodo educativo nunca me negaron las adaptaciones necesarias para mi formación y siempre me trataron como una alumna más.
En cuanto a mi trayectoria laboral, por ahora sólo tuve la oportunidad de realizar prácticas. Hice prácticas curriculares a través de mis estudios, tanto de la carrera como del máster, no laborables y me concedieron dos años seguidos la beca CRUE de la fundación ONCE.
¿Cuáles son tus metas personales y laborales en los próximos 5-10 años?
Realmente, no sé lo que puede deparar el futuro, pero lo que sí me gustaría es estar trabajando de lo que he estudiado, para lo que sigo formándome día a día. Tanto en el departamento de comunicación de una empresa de moda, como en una agencia de publicidad llevando el departamento creativo o el departamento digital.
Y a nivel personal, seguir luchando por la inclusión, y demostrar que, aunque se tenga una discapacidad, puedes desempeñar un buen trabajo.
¿Por qué crees que muchas empresas son aún reacias a contratar profesionales con discapacidad?
Por desconocimiento. La gente, en general, usa la etiqueta “discapacidad” que nos agrupa en un mismo “saco”. No se paran a individualizar a cada persona. A las empresas, bueno, no quiero decir que a todas les pase lo mismo, pero creo que, directamente, cuando ven esa etiqueta, descartan el candidato. Quiero pensar que es por miedo, para no pensar que es simplemente por no querer a un “discapacitado” en su empresa.
¡Enhorabuena, María! Te auguramos y deseamos un gran futuro laboral. Orgullosos de cerrar esta entrevista con la primicia de que la Fundación ImpulsaRSE está asegurando fondos para contar contigo con un contrato laboral. ¡Imparable!
¿Quién es María Maneiro?
Me llamo María Maneiro, nací en 1996. Nací en un pueblo de Galicia, Porto do Son. Soy la pequeña de tres hermanas. Un pequeño problema en el parto provocó mi parálisis cerebral. Esto forma parte de mi vida, pero no marca todo lo que soy. La parte izquierda de mi cerebro sufrió un daño que conlleva una reducción en mi movilidad; me desplazo en silla de ruedas, y me comunico a través de aplicaciones de reproducción de voz. Esto, a veces, marca mis relaciones personales y profesionales, ya que me limita a la hora de expresarme y de que me conozcan tal como soy. Desde pequeña, mis padres siempre buscaron mi inclusión; estudié mis primeros años en un colegio público unitario, avancé mis estudios en el instituto del pueblo y completé mi formación en la Universidad de Vigo, en el campus de Pontevedra, donde estudié el Grado de Publicidad y Relaciones Públicas y el máster en Dirección de arte publicitaria. En todos ellos tuve adaptaciones propias de mi discapacidad. De esta forma, pude escoger centro sin tener que limitarme. Elegí Publicidad porque me apasiona crear y poder expresarme a través del diseño gráfico y del marketing digital.
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